El Mecanismo Nacional de Prevención (MNP) de Paraguay se ha unido a los MNP de otros 45 países para contribuir a la elaboración de un informe mundial sobre las mujeres en prisión, presentado hoy por la Asociación para la Prevención de la Tortura, con sede en Ginebra.
Este informe histórico pone de relieve los importantes retos y la discriminación sistémica a los que se enfrentan las mujeres en las cárceles de todo el mundo, e insta a llevar a cabo reformas urgentes y un mayor uso de medidas alternativas a la detención.
Por el MNP de Paraguay participaron del desarrollo de la presentación los/as comisionados/as nacionales Claudia Sanabria, Orlando Castillo, Elba Núñez, Sonia Von Lepel y José Carlos Rodríguez.
Basándose en datos y análisis de los Mecanismos Nacionales de Prevención que operan en África, Asia Pacífico, Europa y América Latina, el informe es el primer análisis mundial sobre las mujeres en prisión basado en los hallazgos de los MNP, órganos de monitoreo independientes con el mandato de prevenir la tortura y los malos tratos en todos los lugares donde haya personas privadas de libertad.
El Informe mundial sobre las mujeres en prisión: Análisis de los Mecanismos Nacionales de Prevención revela que las mujeres, que representan un porcentaje menor pero creciente de la población penitenciaria a nivel mundial, son a menudo objeto de abandono y discriminación sistémicos.
El informe identifica varios temas preocupantes que afectan a las mujeres en prisión en los 46 países analizados, entre ellos:
- Mayor riesgo de malos tratos: Las mujeres se enfrentan a retos únicos en prisión, como cacheos humillantes e invasivos, uso inapropiado del aislamiento y de los medios de contención, con repercusiones especialmente graves para las mujeres embarazadas, las mujeres LGBTIQ+, las mujeres indígenas y las mujeres con condiciones de salud mental.
- Desatención de las necesidades específicas de género: El acceso a una atención en salud adecuada, a instalaciones y productos de higiene y a servicios de salud mental suele estar por debajo de las normas internacionales, lo que agrava las vulnerabilidades preexistentes.
- Discriminación interseccional: Las mujeres extranjeras, indígenas, adultas mayores, LGBTIQ+, embarazadas y de diversos orígenes étnicos y raciales se enfrentan a riesgos específicos – y a veces mayores – de sufrir abusos y discriminación en detención.
Desde la adopción en 2010 de las Reglas de Bangkok de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es abordar las necesidades de las mujeres en el sistema de justicia penal, se han logrado importantes avances, pero aún queda mucho por hacer para aplicar estas normas en la práctica.
El informe ofrece recomendaciones exhaustivas para impulsar un cambio sistémico para las mujeres en prisión, haciendo hincapié en el papel crucial de los MNP en impulsar reformas.
Entre las principales recomendaciones figuran:
- Poner en práctica medidas alternativas al encarcelamiento de mujeres con perspectiva de género, en particular para delitos no violentos.
- Aplicar alternativas a las prácticas nocivas o humillantes que pueden equivaler a malos tratos, como el aislamiento, el uso de medios de contención y las requisas corporales.
- Garantizar el acceso a la atención en salud y salud mental con perspectiva de género.
- Reforzar el contacto familiar mediante un régimen de visitas flexible y opciones de comunicación.
- Mejorar la formación del personal en enfoques de género.
- Abordar las necesidades específicas de las mujeres con mayor riesgo de sufrir malos tratos, como las mujeres embarazadas, las mujeres LGBTIQ+, las mujeres indígenas y extranjeras.
El informe también ofrece ejemplos de buenas prácticas en distintos países.